Ir al contenido principal

Los malosos cristianos

Me ha llamado mucho la atención el video clip que puedes visionar clickando aquí. Es un video clip muy bien producido y cuidado en sus formas (musicalmente un tanto contundentes), que refleja la incoherencia de un padre religioso de dudosa moral. Una vez más la sociedad secular (¿?) pone en evidencia los errores de los profesos religiosos, en este caso, y lo digo por el crucifijo que aparece en la pared, un presunto católico. Aunque eso me da igual porque podríamos estar hablando de un evangélico, o de un adventista. Intuyo que el hombre del video clip no ha sido el mejor padre del mundo, y mucho menos un ejemplo de virtud y bondad para con sus hijos (o hijo y esposa), quienes se muestran con serios problemas de personalidad. Sin entrar en debates sobre la doble moral del profeso cristiano, sea de la denominación que sea, me gustaría, en esta ocasión, enfatizar una idea que creo es importante: “malos los hay en todos lados”. Pareciera, y digo pareciera porque quizás no sea la intención del autor de la canción, que uno no es cristiano porque en el fondo “casi todos son unos amorales incoherentes: dicen y no hacen”. Debiera rectificar para decir “que malos no somos casi todos, sino todos”, lo que pasa es que unos no queriendo serlo no consiguen dejar de serlo (ver Romanos 7:9-23), otros pareciera que no les importa serlo (Romanos 1:27-32), y, finalmente, muchos no saben que lo son o no creen serlo (Romanos 2:17-24). El cristiano o religioso es un blanco fácil de criticar porque está llamado a no fallar, a no equivocarse, a vivir rectamente. Y eso es cierto. Del mismo modo que como cristianos utilizamos la sin razón de una humanidad desquiciada para ensalzar la coherencia de las propuestas divinas, la llamada humanidad desquiciada utiliza el mal ejemplo (y el bueno también para sorna, en ocasiones), para manifestar su indiferencia y rechazo del cristianismo, al mismo tiempo que puede hacer bandera de ello. Seamos lo que decimos ser. Vivamos lo que decimos que queremos vivir. Practiquemos los que predicamos. Esa debería ser la constante realidad en nuestras vidas, realidad que sólo se consigue por medio de una comunión íntima con un hombre que vivió lo que predicó desde el principio hasta el fin de sus días: Jesús. No importa cuales sean los problemas que te agobian, no importa lo que pasó ayer, no importa el mal ejemplo que pudiste dar o que dijeron que diste porque hoy es el día de salvación. ¿Puedes identificarte con estas palabras? “¡Miserable de mi, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”. Entonces también puedes identificarte y usar hoy la solución a tu problema: “Gracias doy a Dios, por medio de Jesucristo nuestro Señor” (Romanos 7:24, 25). Si Cristo es lo primero y lo último en tu vida, entonces la solución al problema del pecado es real. La gran pena es que hay bandas y personas por ahí que dejan de ver, y por supuesto de experimentar, esta gran verdad.

Aprende Inlges en 3 meses, asi de facil