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¡NO DEJÉIS DE CONGREGAROS!

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Veamos en este estudio acerca de la necesidad de conocer lo que la Palabra de Dios enseña acerca del principio bíblico de congregarse.


“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”(Hebreos 10: 25)

¡NO DEJÉIS DE CONGREGAROS!

Introducción

Los tiempos en que vivimos son los días a los que se refiere las Escrituras en cuanto a que “el amor de muchos se enfriará”. Por ello, es de especial importancia que nos animemos y exhortemos unos a otros en cuanto a congregarse se refiere.
Animar y agradecer a la congregación el esfuerzo que hacen para congregarse.
Hebreos 10:25 “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
Vemos que la exhortación se manifiesta en diferentes formas: como ánimo, consuelo, advertencia, fortalecimiento.
A la pregunta de ¿Por qué tenemos que congregarnos? Seguro que nuestra primera respuesta sería porque es un mandamiento. La respuesta es absolutamente correcta. Pero como todos los mandamientos de Dios para nosotros, tienen una razón y un porqué. No son simplemente porque sí.
En el griego original se traduce como: “no abandonando la asamblea” también se traduce como: no desertemos, y según el verbo original en griego da la idea de un alejamiento continuo.
Como todos los mandamientos de Dios, el cumplirlo o no, nos traerá sus respectivas consecuencias. Nos deparará bendición si obedecemos, o traerá a nuestra vida las consecuencias  que Dios considere necesarias para reprendernos, si no obedecemos. “al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado” (Santiago 4: 17)
Por otra parte, veamos cual es el significado de congregación: Encuentro, Asamblea programada. Es el encuentro de los cristianos nacidos de nuevo que forman parte del cuerpo de Cristo.
Vemos el contexto de Hebreos 10:25
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”(Hebreos 10: 19-25)

“Eva fue terriblemente tentada cuando estaba sola. El no congregarse es proyección a la tentación”

“Eva fue terriblemente tentada cuando estaba sola. El no congregarse es proyección a la tentación”
Un breve resumen de estos versículos:
El escritor de Hebreos se dirige a sus hermanos judíos con una invitación a dejar atrás el sistema levítico y apropiarse de los beneficios del nuevo pacto en Cristo.
Gracias al ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote, los Hebreos pueden entrar con plena confianza a la presencia de Dios.
Es una invitación a aquellos que estaban en la asamblea pero todavía no habían venido a Cristo. Describe los requisitos previos para entrar a la presencia de Dios: sinceridad, seguridad, salvación y santificación.
Mantenerse firme o asirse con firmeza, no es algo que se hace para mantener la salvación, sino que más bien es una evidencia de la salvación.
En nuestro caso, la Profesión de nuestra esperanza es la afirmación de la salvación.
Si fluctuar, aquéllos debían abstenerse de cualquier inclinación que les hiciera retroceder al Antiguo Pacto. Muchos habían comenzado a considerar la posibilidad de volver a las prácticas del sistema levítico del judaísmo para evitar la persecución.
El ánimo mutuo para mantener un compromiso era, y es vital.
“…Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos…”:
“Estimularnos”… la palabra “paroxismo” se deriva del término griego y significa en este contexto: incitar o apremiar a una persona a hacer algo. Eso debemos hacer los unos a los otros. Este, por tanto, es el sentido de este escrito también.
Seguimos viendo el contexto:
Hebreos 10: 26, 27 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
Dicho de otro modo: “Porque si voluntariamente nosotros continuáremos pecando después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados”.
Estos versículos tienen una conexión con el pecado de algunos que desertan de las reuniones eclesiales. Obviamente, a pesar de haber recibido el conocimiento de la verdad (no la verdad en sí), pueden llegar a pecar voluntariamente. ¿Serían estos realmente salvos? No. Nadie que sea realmente de Cristo puede pecar voluntariamente.
La Palabra es diáfana al respecto:
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”(1 Juan 3: 9)
Cristo permanece en el que ha nacido de Dios. Este no puede pecar del modo expuesto en Hebreos 10: 26 porque no sólo tiene conocimiento de la verdad (el cual también lo tiene Satanás), sino que tiene la verdad en sí, que es Cristo.
Este pasaje de Hebreos trata el pecado de la apostasía, que es el retroceso o la deserción intencional. Los apóstatas se sienten atraídos a Cristo en un principio, oyen y entienden Su evangelio, y están a punto de creer para salvación, pero después se rebelan y dan la espalda. Esta advertencia contra la apostasía es una de las advertencias más serias en toda la Escritura.
No todos los hebreos responderían a la invitación de la salvación, algunos ya no tenían ni esa posibilidad. Lo mismo pasa y ha pasado a lo largo de la historia de la Iglesia.

“El apóstata siempre cree tener la razón; es parte de su engaño en el que está”

“El apóstata siempre cree tener la razón; es parte de su engaño en el que está”
Volviendo a tema principal, que es congregarse:
La Biblia nos enseña que la iglesia de Jerusalén se congregaba tanto en el templo como por las casas.
Hechos 2: 46, 47“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”
Entendemos pues que la congregación está donde un grupo de personas se reúne en el nombre del Señor Jesucristo, independientemente del lugar donde se junten.
¿Por qué el autor de Hebreos escribe así? “no dejéis de congregaros como algunos tienen por costumbre”, pues evidentemente porque había hermanos en la fe que habían dejado de congregarse.
La adoración colectiva en la congregación es una parte vital de la vida espiritual.  Esta es una advertencia sobre la apostasía en un contexto escatológico. El escritor de Hebreos hace referencia al día que se aproxima  (la segunda venida de Cristo).
Esta exhortación se manifiesta por una urgencia escatológica que requiere un aumento en la  intensidad y en el número de actividades cuanto más se acerca el día de Cristo.
¿Cuáles pueden ser las razones por las que una persona deja de congregarse? Algunas son:
Por egoísmo, desidia, negligencia,  soberbia, al no querer mezclarse con el pueblo, y lo más probable en este caso, temor a la persecución. En nuestros días, temor al que pensarán.
Yo creo que hay muchas razones, pero básicamente se podrían resumir en dos:
1-Porque nunca ha sido salva la persona.
1 Pedro 2: 2, 3 “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”
¡Nos asustaríamos si supiéramos cuántos y cuántos realmente no son salvos en tantas congregaciones!
2-Por caer en engaño.
Falsos motivos al respecto:
“No es necesario ir a la iglesia”
“No necesito ir a la iglesia para creer en Dios”
“Yo oro, alabo y estudio la Biblia mejor en mi casa”
“Yo soy mi iglesia”
“Dios está en mí y me ama, ¿para qué ir a alguna parte?”
“Dios está en todo lugar, la iglesia no es necesaria”
“Yo y el Señor; eso es lo que quiero”
“Si soy honesto, me aburre ir a la iglesia”
“Está llena de hipócritas”
“No hay nada realmente nuevo que me pueda enseñar el pastor o los hermanos”
“Allí no saben valorarme”
“Hay hermanitos inaguantables…Hermanitos que ni me saludan…que me critican…”
“Prefiero buscar a Dios en la naturaleza, en la gente… ¡en el partido de fútbol del domingo!” (algunos sí)
“Etc. etc. etc.”

“El cristiano que se aparta, suele tener un concepto equivocado de sí mismo. A veces ese concepto es en cuanto a superioridad espiritual”

“El cristiano que se aparta, suele tener un concepto equivocado de sí mismo. A veces ese concepto es en cuanto a superioridad espiritual”
Se piensa así en alguna de las variantes cuando uno cae en engaño. Y uno llega a ese engaño entre otras razones; cuando tiene amargura en su corazón, resentimiento, falta de perdón, orgullo, porque es negligente, sabio en su propia opinión, ambicioso, perezoso, etc.
Una persona que no se congrega, por mucho que diga que se alimenta leyendo la Biblia, o mediante programas de radio, televisión o internet, no está haciendo lo que debe hacer si no se congrega, y está fuera de la voluntad de Dios, aunque no lo quiera o sepa reconocer.
Hay veces en las que tenemos motivos reales por los cuales no podemos congregarnos, pero estos serán sólo de forma temporal y por razones legítimas.

¿Por qué debemos congregarnos?

  1. 1) Porque es un mandamiento
  2. 2) Para aprender juntos
  3. 3) Para adorar juntos
  4. 4) Para animarnos unos a otros
  5. 5) Porque el día se acerca
  6. 6) Porque Jesús nos dio ejemplo.

1.Porque es un mandamiento que además trae bendición

Obedecer los principios de Dios trae bendición a nuestras vidas.
Mateo 18: 20Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
Vemos en el capítulo de Hechos 2 que Dios derramó su Espíritu Santo cuando estaban orando todos juntos. Hay una presencia especial de parte de Dios cuando nos reunimos en Su nombre.
Salmo 133:1-3¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”
Dios manda (ordena) bendición y salvación.
    1. El salmista pone de relieve cuán bueno, es decir, cuán provechoso, es que los hermanos, no los unidos por los vínculos de la carne,  sino los israelíes pertenecientes a las distintas tribus, del pueblo escogido por Dios, se mantengan estrechamente unidos. No sólo era bueno, provechoso, sino delicioso, agradable, hermoso.
    2. Las ilustraciones son típicamente orientales: El aceite de la unción era derramado sobre la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 29:7) y bajaba por las patillas hasta la barba, la luenga barba que era una señal de gran dignidad en el Oriente. Como esta barba llegaba hasta la escotadura de sus vestiduras sacerdotales, el óleo llegaba, por la barba, hasta las doce piedras, símbolo de las doce tribus de Israel, del pectoral.
De manera semejante, las bendiciones de toda clase, sólo podían extenderse a quienes viviesen en unidad y armonía fraternas.
El aceite es símbolo del Espíritu Santo.
La segunda comparación es con el rocío de Hermón.  El rocío (humedad salpicada) es emblema de bendiciones divinas,  por lo que el descenso de su rocío sobre las alturas de Sión es una imagen poética para designar bendición material.
La segunda parte del v. 3 dice literalmente: Porque allí manda (es decir, ordena, no "envía") Yahweh la bendición, es decir, vida para la nación de Israel, hasta la eternidad.

2. Para aprender juntos

Para aprender de las enseñanzas, estudios, etc. Debemos aprender la Palabra de Dios para edificación de nuestras vidas y para poder enseñar y evangelizar a otros. Una de la evidencias del nacimiento espiritual es ese deseo de recibir alimento espiritual y compartirlo.
1 Pedro 2:5“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”
(Véase 1 Corintios 12: 4 al 21 y 26, 27)
Cada don que reciba una persona, no es solamente para beneficio de esa persona, sino para el beneficio de aquellos que no tienen ese mismo don. Así sucesivamente, cada uno es ayuda para el otro. Eso es parte sustancial de la unidad en el Espíritu (Ef. 4 ss.)
El fin de esto es que el cuerpo crezca en armonía, así como crece el cuerpo humano.
Efesios 4:11, 12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”
Así como en el cuerpo humano el regulador y sincronizador de todos los miembros internos o externos es el cerebro que se encuentra en nuestra cabeza, así también el que rige la vida de la iglesia como un cuerpo es Cristo, la cabeza del cuerpo que es la iglesia.
El cuerpo puede vivir sin un brazo, una pierna o un ojo, aunque sufrirá, pero sin lo que no puede vivir de ninguna manera es sin cabeza o cerebro.
Efesios 1: 22, 23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”
Efesios 4:15, 16 “sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”

3.Para alabarle

Dios habita en medio de las alabanzas de su pueblo. Aunque debemos adorar a Dios en todo tiempo y lugar, la presencia de su Espíritu se manifiesta de forma especial cuando lo hacemos juntos.
Salmos 122: 1 “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”
Salmos 22: 3 “Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel”
Salmo100: 4  “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre”
Es un gozo ir a la casa del Señor.

“La alabanza manifiesta a Dios en la congregación es perfecta voluntad Suya”

“La alabanza manifiesta a Dios en la congregación es perfecta voluntad Suya”

4. Para animarnos

Cuántas veces no hemos llegado a la reunión con preocupaciones, y decisiones que tomar y los hermanos nos han ayudado en nuestra necesidad. Sin duda la respuesta es todos.
Como personas, tenemos necesidad de relacionarnos unos con otros porque Dios lo ha establecido de ese modo. Dios nos ha creado para vivir en familia, no aislados ni en solitario.
1 Tes. 5:11 “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
1 Tes. 5:14 “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”

5. Porque el día se acerca

Debemos estar conscientes de que esperamos la venida del Señor para El llevarnos. Desde el tiempo del apóstol Pablo la iglesia lo ha estado esperando, deseando; ha estado amando su venida.
Dice la Escritura que en los días que precederán a su venida el amor de muchos se enfriará, es por eso que nos exhorta a mantenernos unidos al cuerpo.
Romanos 13:11 “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”

“Nuestra bienaventurada esperanza es Cristo viniendo a por nosotros, reunidos, todos los que amamos su venida"

“Nuestra bienaventurada esperanza es Cristo viniendo a por nosotros, reunidos, todos los que amamos su venida; ¿cómo puede uno que abandona la asamblea de Cristo esperar ese día cuando anda “por libre”? No puede.

6. Jesús nos dio ejemplo en cuanto a congregarnos

Lucas 4: 16  “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”
El templo de Jerusalén fue destruido varias veces, por lo cual los judíos de aquellos tiempos al tener la necesidad de congregarse establecieron las sinagogas.
Sinagoga: Proviene del latín synagoga, y este del griego synagoge, del verbo synago (reunir o congregar)
Se supone que las primeras sinagogas aparecieron en el siglo sexto antes de C. de entre los judíos deportados por Nabucodonosor en la conquista de Jerusalén hacia el año 597 a. C. y tras la destrucción del templo y la ciudad santa.
En las sinagogas se reunían para estudiar, cantar y orar en común. No eran edificios construidos especialmente para el culto sino que cualquier local hacía las veces de lugar de reunión.

Concluyendo

Si somos cuerpo de Cristo actuemos como tal. O dicho de otro modo: los que somos miembros del cuerpo de Cristo, actuemos como tales. Jamás veremos una mano viva a metros de distancia del brazo al que está unida, a voluntad. ¿Por qué entonces hay tantos verdaderos hermanos en la fe, que por motivos personalistas van “por libre” y por tanto no se reúnen? No dejemos de ver en ello una desobediencia al mandato del Señor.
Dios les bendiga.
© Conchi Hidalgo Moreno, Centro Rey Jesucristo, Madrid, España.
Abril 2011
www.centrorey.org

Fin


Aprende Inlges en 3 meses, asi de facil