Uno de los pilares del nazismo alemán de principios del siglo 20 fue la idea de una "raza superior". Ciertas personas con rasgos "superiores" eran dignos de vivir y el resto no. Se trataba de la "supervivencia del más apto". Benjamin Kidd en el año 1919 hablaba de los "más aptos" como los que alcanzarían el éxito en este mundo ("The Science of Power". Pag. 4,5).
Hoy, 70 años después, de forma mucho más velada, se sigue sosteniendo una idea de una raza superior. Y nuestra sociedad banal, exitista, amante del espectáculo y el placer como fin principal, tiene sus propios parámetros para medir esto. Los ricos y famosos son la nueva raza superior. Los más aptos.
"Dime cuanta fama y dinero tienes, y te diré quien eres y cuanto vales".
Por esto Mario Vargas Llosa describió nuestra era como “la civilización del espectáculo".
Y el escritor nacido en Portugal, José Saramago, alguna vez explicó: “El mundo está convertido en un enorme escenario, en un enorme show” (“Otros Cuadernos de Saramago”).
En medio de esto se llega a la locura indecible de medir la legitimidad y virtud del aborto bajo aquellos mismos pensamientos nazis.
La historia del jugador de fútbol portugués Cristiano Ronaldo es un ejemplo de esto.
Su madre, en su libro autobiográfico "Madre Coraje", escribió: “Quise abortar a Cristiano Ronaldo, pero el médico no apoyó mi decisión”.
Hace unos días el equipo de fútbol en el que juega Cristiano Ronaldo, el Real Madrid, ganó la nueva edición de la"Champions League" gracias a un penal ejecutado por Ronaldo.
Por lo tanto, diferentes medios de comunicación, como por ejemplo el diario "Actuall", expresaron al respecto: "El jugador que metió el penalti decisivo en la final estuvo a punto de no nacer porque la idea era que fuera abortado. Finalmente, no fue así y el mundo disfruta ahora de esta estrella" (Actuall).
La pregunta que queda ante esto es:
¿Y si se tratara solamente de un ser humano sin dinero ni fama? ¿No sería suficiente razón el hecho de tratarse de un simple ser humano para considerar que es una locura privarlo de la posibilidad de vivir a través de un aborto?
¿Se imaginan a alguien pensando: "es verdad, no debería abortar, quizás este niño algún día llegue a ser alguien famoso"?
¿Pueden imaginar semejante locura?
La Biblia nos presenta el verdadero parámetro para medir el valor de una vida y porqué se debe respetarla:
Dios le dijo a Noé:
"El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre" (Génesis 9:6).
